martes, 17 de agosto de 2021

100 Discos para mis treinta: #30 Boris – Akuma No Uta (2003)


 

Boris es una de esas bandas medias oscuras y difíciles de hallar sin antes tener una que otra referencia cercana, algo similar a lo que ocurre un poco con Sun O))) básicamente bandas que han explotado un sonido único y que por sus características peculiares no encajan en una lista de los más escuchados o los más trascendentales. Pero eso a mi me vale una reverenda patata (uy que siútico) así que vamos con uno de esos discos que al escucharlos es imposible no sentirse transportado a otra atmosfera.

 

Suspiros mounstruosos de guitarras


Boris pertenecen a esa estirpe de grupos que toman los sonidos del metal como fundamento para explorar nuevos horizontes sonoros. Así es, esta banda también se enfoca más en las atmosferas que en producir estilos determinados para el género. De esta forma, en este su quinto disco de estudio, la banda proveniente de Tokiota despachan un extraño cancionero que se mueve por los terrenos pantanosos del sludge metal, stoner rock y la psicodelia más acida. Aun así, creo que “Akuma No Uta” es de los trabajos más accesibles del conjunto.

Bajo la dirección de Wata, Boris, al igual que bandas con una trayectoria curiosa como Melvins (de quienes son muy fans, es más la banda se llama Boris por una canción del grupo de Buzz Osbourne)   La banda para el 2002 ya había lanzado el que sería su disco más popular “Heavy Rocks” por lo que para “Akuma No Uta” replicaron con mayor maestría la lógica más roquera de aquel trabajo.

Junto a la guitarrista Takeshi en las cuerdas y voz, y el baterista Atsuo (quien también realiza los coros), el grupo lleva adelante un enérgico, desenfadado y a ratos introspectivo trabajo que oscila sin problemas entre estilos y sonidos, para terminar creando un agradable contrapunto en el sentido general del cancionero. Es cierto que el punto en que este disco aparece en la discografía del grupo puede significar un momento bisagra ya que después vendría su extrema colaboración con la para nada sutil leyenda del noise Merzbow, creando un hibrido de sonidos que seguiría replicándose hasta el día de hoy. Pero realmente los sonidos más Stoner o psicodélicos nunca fueron abandonados ni tampoco ingresados en el catalogo sonoro de Boris con “Akuma No Uta”, al contrario, ya existían estos puntos de referencia en discos de la década de los noventa, pero “Akuma No Uta” le da un sentido mucho más estilizado que le brinda al grupo de identidad más visible.

Por si se lo preguntan, el título del nombre vendría a ser traducido como “Canción del demonio” y aunque sólo contiene seis temas, estos vienen cargados de esplendor y mucho mejor refinación que lo que hicieron en el laureado “Heavy Rocks” aunque con esto no estoy diciendo que un disco es mejor que el otro, aunque no cuesta reconocer que en “Akuma” hubo un poco más de mimo a la hora de la composición, por lo mismo es que este disco siempre aparece como uno de los más destacados dentro de la discografía y se ha sabido ganar un puesto predilecto entre aquellos seleccionados del metal alternativo. El suspiro de las guitarras pronto se convierte en un rugido y así en ese continuo de ondas el sonido va construyendo una experiencia completamente espacial.

6 bombazos


 

Pese al numero de temas, “AKUMA” no es un disco breve, “Introductión” pese a su titulo es una canción de casi nueve minutos que entra con unos angustiantes zumbidos de guitarra que, mediante la distorsión y los efectos de acople, rápidamente someten a quien escucha. Básicamente se trata de un ejercicio de noise basado en las atmosferas que las guitarras de Takeshi y Wata producen en el oyente. Quizás no es el mejor tema para abrir un disco que realmente deviene en sonidos más agresivos y dinámicos, pero este telúrico intro es la mejor antesala para recibir las explosiones siguientes. 


 

El primer puñetazo aparece con la extrema y violenta “Ibitsu” donde la batería de Atsuo demuestra todo su esplendor dándole motor a unas guitarras ruidosas y llenas de efectos estruendosos. El tema es un buen ejemplo de puro Stoner rock bien ejecutado a la altura de bandas más emblemáticas del genero como STONED JESUS.  El tema comienza rápido como las llamas del infierno - y va aumentando la velocidad a medida que avanza - cada instrumento se rasga en esta pista y la producción pone cada sonido en tu cara. Es un tornado.

Lo que sigue no es menos calmo “FURI” mantiene esa línea de garage rock tan ruidoso, bombeante y sucio del tema anterior aunque con un juego de guitarras mucho más esquizoide y si se quiere menos estructurado que el tema anterior, incluso puede recordar los momentos más estridentes del “Nevermind” de Nirvana. Sin duda una de las mejores canciones en la historia del grupo.


 

“Naki Kyoku” empieza más relajada, con una guitarra semi acústica a la que lentamente se le van superponiendo otros instrumentos, baterías van y vienen, guitarras, bajo y distorsión aparecen para generar un clima enrarecido en los más de 10 minutos que el tema se desarrolla. Ya al minuto tres la canción se convierte en un estallido de sicodelia pura, con Wata desarrollando uno de los punteos de guitarra más emblemáticos haciendo que el tema cobre una relevancia mucho mayor dentro del propio disco, nuevamente la banda entera se nota muy cohesionada, pero la forma de llevar esos punteos de guitarra por parte de Wata hace que todo sea siempre a otro nivel, por cierto hay mucha semejanza de este tema con el de la banda Funky ochentera Funkadelic y su volátil “Maggot Brain”. Este tema fue construido originalmente dentro de una jam, ya que este disco tiene la particularidad de haber sido grabado de una pasada, sin retoques o retomas, básicamente el grupo se encerró en el estudio y grabó de sopetón los seis tracks sin corregir ni cambiar demasiadas cosas.

“ANO NO ONRYOU” contiene un estribillo aplastante que hipnotiza, especialmente gracias a las guitarras estridentes de Wata. El disco contiene una producción que lo hace sonar como si hubiera sido grabado en los 70’ y esta canción transmite bastante bien esa esencia, proponiendo una atmosfera agria, violenta, con  la Gibson Les Paul de Wata quebrando todo el espectro sonoro. Nuevamente la banda hace parecer todo simple, pero el tema realmente tiene estructuras medias complejas que se aprecian sólo con una buena escucha, aunque no recomiendo apreciar este disco con audífonos porque realmente te puede llegar a reventar los tímpanos y creo que a estas alturas a mí ya me los reventó.

 


El tema homónimo del disco es también el último y como es de esperarse es bastante solido, comienza con un gong y luego arranca un riff de puro heavy metal, para luego convertirse en un poderoso tema de Stoner que recuerda las canciones más sucias y directas de Kyuss o incluso de los ya mencionados Melvins. Finalmente es una gran pista instrumental que sintetiza un poco los sonidos más agresivos de este trabajo y que te deja con ganas de más.

“AKUMA” es un disco excelente, con una producción bastante inmersiva y que es capaz de demoler todo a su paso. Ciertamente marca un camino nuevo para la historia del grupo, pero también podemos notar elementos que se avizoraban en sus primeros discos, como esos arranques explosivos, y que también seguirían desarrollando en subsiguientes trabajos como en el reconocido “Pink” Pero en “Akuma” quizás por esa aura media casera y lo compacto que este sonido es transmitido mediante coros sólidos y rompedores, estructuras dinámicas y trabajadas, es que el disco tiene un sitio especial para muchxs fans del grupo y especialmente para mí que si bien mucho antes de escuchar este disco ya lo conocía, fue este trabajo el que me hizo darles mil y una pleitecía. “Akuma No Uta” un disco de los mejores hechos bajo el estilo del Stoner y aún así la etiqueta sigue quedándole chica.

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