sábado, 31 de julio de 2021

100 Discos para mis treinta: #31 The Internet – Ego Death (2015)


La mezcla perfecta entre R&B, funk, jazz, soul, hiphop... la escuche en el laureado LP de este colectivo que le ha entregado a la escena musical urbana, muchísimas razones para vanagloriarse. The Internet es la historia de aquellxs chicxs rarxs del colegio que terminan unidos por la música y la tradición de los estilos melódicos que históricamente a acompañado a la población negra de Estados Unidos en los últimos cuarenta años. The Internet consigue ser más que un concentrado de estilos y nombres, trascendiendo su propio objetivo de ser un referente para una nueva ola de músicos, consigue convertirse en un super grupo que exhibe bajo sus propios códigos la mejor cara, la más estilizada y la más profunda de aquel soul que parecía ya extinto en sintonía con las nuevas generaciones.

La mezcla ideal

 


Para cualquier melomanx consumadx, quizás lo mejor que salió del mercado gringo durante la década pasada fue el colectivo Odd Future, un interesantísimo proyecto que unió tanto para la producción, composición, distribución y otros aspectos a diversos e inquietos artistas como Frank Ocean, Tyler the creator, Vince Staples o   Sydney "Syd Tha Kid" Bennett y Mathew "Matt Martians" Marlin, estxs dos últimxs quienes conformaron y son lxs miembros fijxs de The Internet.

Por qué el colectivo Odd Future es tan importante, básicamente porque gran parte del rap, el hiphop y los sonidos urbanos estadounidenses parecen seguir directamente las pautas que este grupo de colegas y amigxs fueron estableciendo a punta de una red de contactos que día a día fue creciendo, incluso Kali Uchis - que no forma parte del colectivo de manera formal - se puede ver vinculada positivamente a todo este movimiento que le dio nuevas luces y sentidos a los aspectos de un genero que parecía bastante agotado para la industria.

No obstante, The Internet tardó en consolidar un sonido o si quiera una propuesta, tal vez por la misma naturaleza difusa del colectivo. Fue con la llegada de Steve Lacy al grupo, como guitarrista y productor, que la banda consiguió firmar un disco a la altura de las capacidades de cada integrante. Sydney, la vocalista e ingeniera de sonido autodidacta, entendió que el flow de Lacy era lo que el grupo necesitaba para estampar una visión mucho más acabada con respecto a la mezcla de géneros que el grupo buscó desde un comienzo. Junto al bajista Patrick Paige II y el baterista Christopher Smith, lxs cuatro miembros le dieron cuerda a tiempo completo para componer y sacar adelante “Ego Death” disco que rápidamente subió como uno de los indispensables para su año de publicación (el cual coincidió con la obra maestra de Kendrick Lamar “To Pimp To a Butterfly”) al punto de ganarse la notoriedad más mainstream.

Aunque Sydney es bastante crítica con el hecho de etiquetar en géneros ya que para ella The Internet no se mueve exclusivamente en el mundo del Soul, y los mismos ejemplos que han acompañado su educación musical dan una clara muestra de a quienes “Ego Death” rinde tributo: Jamiroquai, Moorcheba, Moloko, Erykah Badu, Gil Scott-Heron e incluso irresistibles del pop dosmilero como NSYNC son ejemplos que pueden reconocerse en este exquisito trabajo.

El trabajo desde el ejercicio de su composición se fue gestando de forma muy cosmopolita, entre giras y presentaciones, enviándose material de manera online. Pese a ese proceso que algunxs puristas consideran “poco ortodoxo” y que la propia banda para sus futuras entregas, no volvería a operar de ese modo, no quita que en “Death Ego” la música suene tan orgánica como cualquier cinta R&B de la Motown Records: Un groove progresivo que oscila entre temas funk con guitarras salvajes y baladas souleras en las que Syd le habla a las mujeres y las llama a dormir a su casa o se autoinvita a pasar la noche con ellas. No obstante, no hay un “mirarse el ombligo” a la hora de crear letras, al contrario hay ingenio y honestidad detrás de cada observaciones de cortejo y desamor por parte de Syd, quien consigue cantar con mucha seguridad, entrelazando su voz reluciente sobre la línea de bajo con tintes funk que Paige II adhiere con una gracia sólo experimentada en los grandes bajistas como es el caso del impecable Jaco Pastorius.

Como una sola familia


 

Para su momento y con el estilo del soul algo de capa caída en sus principales exponentes (exceptuando la genialidad del “Chanel Orange” de Frankcito Ocean quien tiene mucho que agradecerla a Odd Future) “Ego Death” apareció para volver a levantar el bastión por un estilo cada vez más “popizado” no obstante, tampoco es un tributo purista sino que la experimentación y el viraje hacía destinos un poco más arriesgados están presentes con éxito, mediante el apoyo de viejos conocidos como Tyler, The Creator, KAYTRANADA, Vic Mensa y James Fauntleroy entre otros.

El arranque con “Get Away” nos introduce de sopetón en una declaración de principios tan libre como honesta, es Sydney cantándole a las relaciones, reivindicando la individualidad emocional, mientras otra chica la llama reclamando la falta de atención. Más allá de eso, el funk oscuro que recuerda a esos sonidos más pop de principios del 2000 aunque muchísimo menos plásticos, dotando una atmosfera dura que se enaltece con un piano de fondo y una batería pesada.


 

“Gabby” arranca algo torpe, tiene un original juego de snares y un bajo que te azota en la cara, aunque la participación de Janelle Monae en los coros, pasa bastante desapercibida frente a la presencia vocal casi omnipresente de Sydney. “Under control” mantiene un soul que se acerca al jazz de salón, relajante, sugerente y con una letra bastante más espiritual, pero igual de personal, en este caso la guitarra de Matt es mucho más preponderante que en los temas anteriores, pero nunca se roba innecesariamente el protagonismo. “Go with it” tiene la colaboración del rapero Vic Mensa, quien entrelaza sus rimas con una dosis de R&B algo más caribeño, quizás por esa percusión tan bien armada.

“Just Sayin/I Tried” es un tema de seis minutos, intenso y delicioso que comienza en estructura muy similar a los anteriores, pero que poco a poco se va transformando deliberadamente en una especie de jam entre colegas. De algún modo en la propuesta se puede sentir uniformidad,  la banda tenía las ideas muy claras en cuanto a su sonido. “Fort he World” mantiene ese bajo Funky y aquella batería de producción tan sofisticada que recuerdan discos con ese calibre de ritmo presentes en artistas como Solange o incluso Drake. “Girl” es uno de mis favoritos personales, en colaboración con el productor KAYTRANADA quien le aplica al tema  un sample paneado con una de sus significativa baterías ralentizadas a tempo de R&B, consigue un efecto tan hipnótico como sensual, la voz de Sydney se vuelve a robar la atención general.


 

“Special Affair” vuelve más al pop. No así “Somthing´s Missing” la cual recuerda mucho al soul de Gildish Gambino. “Partners in crime Part Three”  es otro gran ejemplo de como llevar adelante una mezcla de géneros sin perder el sentido ni la atmosfera, por cierto la letra pone a prueba a una pareja de lesbianas que escapan de la ley. No hay desorden ni caos, siempre todo se torna en una melodía tan seductora como profunda. “Penthouse Cloud” se desliga de cualquier denominación retro, pese a que su guitarra llameante sugiera reescuchar a grandes voces de los setenta como The Manhattan, no obstante, hay un giro en el canto, en el resto de la instrumentalización que hacen que la canción suene efectivamente como algo propio de nuestros tiempos. Esa guitarra, sin duda es lo mejor y el cambio de ritmo casi al final le da un gran break down a quien escucha.


 

El final tenía que ser a lo grande, junto al bizarro Tyler, The creator “Palace/Curse” es un final que sí suena a ese funk y soul de otras épocas, sólo que algo pasado en acido. Convirtiéndose frenéticamente en un trip hop algo inusual ya que conserva esos sonidos tan souleros. Un final un poco arremetido, pero sorpresivo y que empieza a dibujar otro horizonte sonoro para la banda. Si después de este sugestivo y sensual viaje a través de los sonidos que van creando atmosferas nocturnas solitarias, no quedas totalmente excitado o excitada, pues bueno, tal vez nada más lo hará. -

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