Cuando se lleva a los terrenos televisivos un
argumento anteriormente basado en una película los resultados suelen ser de
dudosa calidad ya que los tiempos, el lenguaje visual y sobre todo la
expresividad que la historia cobra en la pantalla grande se hace imposible de
replicar por TV o cualquier otro formato, por lo mismo no hay muchos ejemplos
que parezcan contradecir esta máxima, que por lo demás en su mayoría son series
infantiles animadas. Pero cuando una serie se basa en una saga de libros que ya
tuvo su accidentada versión cinematográfica, las comparaciones se inclinarán a
favor de la primera al demostrar no sólo una gran factura y calidad técnica, sino que también a
diferencia de su versión cinematográfica logra expresar con mayor estilo y
dinamismo el alma de la historia. Sin dudarlo digo que estamos en presencia de
un potencial clásico moderno. Esto es A Series of Unfortunate Events, la serie.