Después de una larga temporada de
producción que incluyo el drama del extravio del material en bruto dentro de un taxi por parte de Damon Albarn, el nuevo trabajo de la banda virtual por
excelencia ha llegado y no podría haber más hype al respecto. Gorillaz es un
proyecto que todos aman y congracian
como algo de vital importancia para el joven siglo XXI. Pero más allá de su transgresor
aporte audiovisual no debemos dejar de
lado que esto se trata de música y sacándole todo el cuero al asunto deberíamos
calificar el disco más por su sustancia que por su universo. Así que revisemos
este trabajo definido por el grupo como una fiesta antes del apocalipsis y como
están las cosas en el mundo me parece acertada la referencia.