Si en sus primeras dos
temporadas Black Mirror proponía historias que incomodaban a quien las miraba,
abriendo preguntas que atacaban directamente a nuestra forma de vida actual que
se rige por la vorágine de la virtualidad y la tecnología, satirizando un
presente que se disfrazaba de futuro distopico. En su cuarta temporada la serie
de Charlie Brooker se aleja de esa subversión
y abraza con mayor voluntad la distensión (aunque siempre manteniendo su
oscuridad característica) lo que trae consigo historias planas, con moralina,
lugares comunes o absurdos empujones de trama, todo para lograr el beneplácito
de la audiencia mayoritaria a los que generalmente se les mastica la trama para
que se la traguen. La apuesta de esta nueva temporada ha cambiado bastante aquel
tono enjuiciador de la serie en sus comienzos, algo que se previa por el estilo
plañidero de algunos capítulo de su anterior temporada. Pero mejor vamos a
revisar con qué nos encontramos en esta nueva colección de episodios de esta ya
clásica antología de ¿ciencia ficción televisiva?
Tras
la sombra de San Junipero
El afamado capítulo de
la tercera temporada “San Junipero” se convirtió en algo así como el single
súper hit de Black Mirror, y la mayoría de los nuevos episodios buscan de algún
modo replicar aquello consiguiendo curiosos resultados. Las honras a aquel capítulo
se hacen patentes a lo largo de toda la cuarta temporada mediante diversas pistas,
easter eggs o incluso recurrencias argumentales y técnico-visuales. ¿Será que
Brooker encontró en San Junipero una forma adecuada de sustentar un enlace a las
distintas historias de Black Mirror dentro de un mismo universo? ¿Será un
posible rumbo que tome la serie en el futuro?, ¿Cruce de historias, personajes
y situaciones?. Si bien desde siempre se han dado pistas de que el mundo de Black
Mirror está interconectado de alguna forma, éstas nunca habían pasado de
sutiles referencias que se perdían para el que no era meticuloso con lo que
veía, pero por primera vez se empiezan a hacer directas alusiones a inventos y
eventos pasados.
Personalmente San
Junipero me pareció un excelente capítulo, aunque no hacía grandes apuestas, igual
lograba tocar ciertas emotividades de manera ingeniosa y se salía un poco del
clima angustiante y excesivamente pesimista de otros capítulos. Se trataba de
una historia con un espíritu muy distinto al que venía entregando la serie,
criticando de manera inteligente aspectos relacionados con la memoria y la
dependencia que esta puede llegar a tener hacía los soportes virtuales. En esta
cuarta temporada aquella problemática termina siendo el eje principal por el
que giran las historias. Por ejemplo en el característico y alabado “USS Callister”
se nos presenta a un grupo de personajes secuestrados dentro de un juego
virtual a merced de un sádico y egocéntrico genio de la computación que explota
dentro del juego sus fantasías de ser el héroe de su programa de ciencia
ficción favorito (una parodia/homenaje a Star Treck) y además descarga sus frustraciones diarias
con sus prisioneros. En “Arkangel” una madre soltera marcada por una férrea
sobreprotección implanta en la mente de
su pequeña hija un chip que le permite observar todo lo que ella ve y revisitar
sus recuerdos, artilugio similar presenta “Cocrodile” en donde una cobradora de
seguros utiliza un dispositivo llamado Recaller para escanear los recuerdos de
las personas y verificar los hechos que cuentan los testigos de un accidente.
En “Black Musseum” el científico de una compañía tecnológica realiza diversos
avances con chips que buscan almacenar la memoria y la esencia de las personas en
espacios virtuales, este episodio es el que tiene más conexiones directas con
San Junipero.
La recurrencia al tema
del almacenamiento virtual es común, sin embargo, no hay una real crítica ni
mirada subversiva al respecto, a diferencia de otros capítulos en donde
presentaban diversos aspectos de la virtualidad que nos llevaba como individuos
a un entorno de sordidez y corrupción. Las historias de estos capítulos, en
cambio, nos presenta personajes neuróticos, siniestros y pérfidos a pesar de la
virtualidad y sus influencias nocivas, al final los avances tecnológicos que la
serie ingenia en muchos casos pasan a segundo plano o terminan convirtiéndose en
meros accesorios curiosos, para resumir esto podríamos decir que muchos
personajes de esta temporada pueden desarrollarse en historias independientes
del entorno distopico virtual que propone la serie ya que sus personalidades
están condicionadas de antemano. La gracia de Black Mirror en sus anteriores
entregas es que justamente la virtualidad jugaba un rol crucial para
transformar a los personajes, para llevarlos a un extremo, en este caso aquello
termina siendo un mero escenario para presentar ciertos tipos de maldad a
través de historias que si bien pueden llegar a ser predecibles igualmente
logran emocionar en su climax (el final de “USS Callister” o de “Black
Musseum”) pero que no se atreven a incomodar al espectador, más bien se quedan
en un tono conciliador, incluso justiciero que termina siendo puro escapismo y
maniobras de guion desesperadas por darle ese Knokaut narrativo al espectador
flojo.
Dicho todo esto, hay
que ser justos y decantar un poco las cosas, y es que el hecho de abandonar
cierto sentido subversivo no hace que la serie traicione al cien por ciento su esencia.
Hay ciertos momentos prominentes que vale la pena destacar incluso dentro de esta
etapa Netflixiana que vive actualmente.
El
thriller ante todo
Lo que hizo destacable
a Black Mirror en un primer momento fue la premisa de criticar ácidamente las tecnologías cibernéticas, en el conjunto
de capítulos de su cuarta temporada aquello queda como mera excusa argumental
para simplemente mover a sus personajes en distintos escenarios, dándole más
realce al thriller en la mayoría de los relatos. En algunos casos aquel
componente se manifiesta en secuencias o incluso escenas y en otros se come
gran parte del capítulo con maestria.
“Metalhead” y
“Cocodrile” son los mejores ejemplos al respecto. Por lo demás, junto con la
paródica y chistosa “USS Callister” (el capítulo llamado a ser el nuevo San
Junipero), los dos episodios mencionados son puntos muy altos en la temporada
con aciertos técnicos y una narrativa que a ratos se acerca a los momentos más
extremos e increpantes de Black Mirror. “Cocodrile” es un capitulo muy oscuro sobre
la decadencia humana por querer perpetuar una posición, en este caso la
tecnología funciona como un curioso aliado que logra un inusitado papel en
el giro final, si bien se aleja de la
idea de la virtualidad corrompiendo el alma, lo interesante de esta tétrica
historia es como una anécdota aparentemente ajena al relato central se va uniendo
de manera tan difusa por razones esquivas. Aunque finalmente sólo resulta ser una
historia cruda alejada a la mayoría de nuestras existencias, debo admitir que
me mantuvo atento en todo instante, tal vez por mi debilidad ante las tramas
detectivescas y también gracias a sus bellos escenarios e intensas interpretaciones
de su protagonista, que lo lleva a
tornar en un devastador thriller psicológico que podría resentir a la audiencia
más sensible.
Por su parte Metalhead es
el capítulo más alejado en cuanto a ritmo y estética de toda la temporada y la
serie en general. Filmado en un metálico blanco y negro el capítulo sin grandes
pretensiones nos muestra un mundo apocalíptico dominado por unos perros robots
asesinos que van a la cacería de un grupo de sobrevivientes. La premisa y la
narración no ofrece sorpresas, pero consigue dejar a la audiencia al borde
mediante aspectos simples bien ejecutados, un gran thriller que destaca con
luces propias, pero que a la larga termina siendo otra historia más de
sobrevivientes dando la pelea a alguna amenaza indómita.
Con respecto al resto
de capítulos, bueno, más allá de lo que ya he dicho, todos están a un nivel muy
aceptable, el publicitado”USS Calister” consigue lograr momentos de humor
realmente notables, aunque como historia puede resultar excesiva (tanto en
tiempo como en exposición de personajes) logra destacar por el buen uso de su
componente nostálgico y las múltiples interpretaciones que su historia ha
abierto. “Arkangel” bajo la dirección de Jodie Foster es una de esas historias
que tenía potencial por muchos otros lados distintos a su trama principal, como
por ejemplo los efectos a la exposición de violencia y pornografía en niños
pequeños, pero se obsesiona con una temática a la larga predecible y
antojadiza, “Black museum” aunque presenta buenas ideas termina repleta de
conveniencias y vacíos argumentales algo ilógicos, sin embargo, quizás “Hang
the DJ” sea el único momento realmente mediocre en toda la temporada. Un capitulo
que trata de satirizar la aplicación de Tinder, pero que queda dando botes terminada
su primera parte y se precipita con un final que podría considerarse un
descarado deus ex machina.
Power
Femme
Ya para terminar no
quería dejar pasar que esta temporada, a mi consideración y a pesar de todos
sus puntos enclenques, tomo bastante en cuenta cuestiones de género, desde el hecho
de que dejo de considerar a los personajes femeninos como meros secundarios de
apoyo. En los seis capítulos los personajes femeninos llevan la trama al hombro
y siempre de diversas maneras. Dese el personaje que le hace frente al misógino
y prepotente antagonista en “USS Calister”, hasta la fría protagonista de
“Cocodrile” que se hunde en su infierno personal, pasando por la guerrera de
“Metalhead” o la madre sobreprotectora de “Arkangel”. La gama de personajes
femeninos es amplia y logra protagonismo de sobra, y si bien, más presencia
femenina en pantalla siempre es bueno, cabe aclarar también, que algunas problemáticas
específicas de género que pudieron bien explotarse mediante alguna de las historia
de Black Mirror, quedaron completamente de lado, y salvo las interpretaciones
que algunos críticos le han dado “USS Calister” en donde se compara la
situación de su antagonista con los abusos sexuales de Harvey Winstey y se
critica cierto sexismo presente en las películas de ciencia ficción antiguas.
No hay mucho más que decir al respecto.
En fin, esto es Black
Mirror hoy en día, una serie que presenta historias mayormente entretenidas,
envolventes y que tienen alguna relación
con la tecnología y la virtualidad, pero que ya no nos pega una bofetada en la
cara sobre cómo eso afecta la condición de nuestra sociedad. Como serie sigue
siendo muy superior a varias otras, incluso a la mayoría que presenta el catálogo
de Netflix, pero creo que apenas y llega a ser una sombra de lo que fueron sus
primeras dos temporadas.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario