jueves, 11 de enero de 2018

Series para ver, volver a ver y pensárselo mejor antes de ver: Black Mirror season 4




Si en sus primeras dos temporadas Black Mirror proponía historias que incomodaban a quien las miraba, abriendo preguntas que atacaban directamente a nuestra forma de vida actual que se rige por la vorágine de la virtualidad y la tecnología, satirizando un presente que se disfrazaba de futuro distopico. En su cuarta temporada la serie de  Charlie Brooker se aleja de esa subversión y abraza con mayor voluntad la distensión (aunque siempre manteniendo su oscuridad característica) lo que trae consigo historias planas, con moralina, lugares comunes o absurdos empujones de trama, todo para lograr el beneplácito de la audiencia mayoritaria a los que generalmente se les mastica la trama para que se la traguen. La apuesta de esta nueva temporada ha cambiado bastante aquel tono enjuiciador de la serie en sus comienzos, algo que se previa por el estilo plañidero de algunos capítulo de su anterior temporada. Pero mejor vamos a revisar con qué nos encontramos en esta nueva colección de episodios de esta ya clásica antología de ¿ciencia ficción televisiva?




Tras la sombra de San Junipero



El afamado capítulo de la tercera temporada “San Junipero” se convirtió en algo así como el single súper hit de Black Mirror, y la mayoría de los nuevos episodios buscan de algún modo replicar aquello consiguiendo curiosos resultados. Las honras a aquel capítulo se hacen patentes a lo largo de toda la cuarta temporada mediante diversas pistas, easter eggs o incluso recurrencias argumentales y técnico-visuales. ¿Será que Brooker encontró en San Junipero una forma adecuada de sustentar un enlace a las distintas historias de Black Mirror dentro de un mismo universo? ¿Será un posible rumbo que tome la serie en el futuro?, ¿Cruce de historias, personajes y situaciones?. Si bien desde siempre se han dado pistas de que el mundo de Black Mirror está interconectado de alguna forma, éstas nunca habían pasado de sutiles referencias que se perdían para el que no era meticuloso con lo que veía, pero por primera vez se empiezan a hacer directas alusiones a inventos y eventos pasados. 


Personalmente San Junipero me pareció un excelente capítulo, aunque no hacía grandes apuestas, igual lograba tocar ciertas emotividades de manera ingeniosa y se salía un poco del clima angustiante y excesivamente pesimista de otros capítulos. Se trataba de una historia con un espíritu muy distinto al que venía entregando la serie, criticando de manera inteligente aspectos relacionados con la memoria y la dependencia que esta puede llegar a tener hacía los soportes virtuales. En esta cuarta temporada aquella problemática termina siendo el eje principal por el que giran las historias. Por ejemplo en el característico y alabado “USS Callister” se nos presenta a un grupo de personajes secuestrados dentro de un juego virtual a merced de un sádico y egocéntrico genio de la computación que explota dentro del juego sus fantasías de ser el héroe de su programa de ciencia ficción favorito (una parodia/homenaje a Star Treck)  y además descarga sus frustraciones diarias con sus prisioneros. En “Arkangel” una madre soltera marcada por una férrea sobreprotección  implanta en la mente de su pequeña hija un chip que le permite observar todo lo que ella ve y revisitar sus recuerdos, artilugio similar presenta “Cocrodile” en donde una cobradora de seguros utiliza un dispositivo llamado Recaller para escanear los recuerdos de las personas y verificar los hechos que cuentan los testigos de un accidente. En “Black Musseum” el científico de una compañía tecnológica realiza diversos avances con chips que buscan almacenar la memoria y la esencia de las personas en espacios virtuales, este episodio es el que tiene más conexiones directas con San Junipero.



La recurrencia al tema del almacenamiento virtual es común, sin embargo, no hay una real crítica ni mirada subversiva al respecto, a diferencia de otros capítulos en donde presentaban diversos aspectos de la virtualidad que nos llevaba como individuos a un entorno de sordidez y corrupción. Las historias de estos capítulos, en cambio, nos presenta personajes neuróticos, siniestros y pérfidos a pesar de la virtualidad y sus influencias nocivas, al final los avances tecnológicos que la serie ingenia en muchos casos pasan a segundo plano o terminan convirtiéndose en meros accesorios curiosos, para resumir esto podríamos decir que muchos personajes de esta temporada pueden desarrollarse en historias independientes del entorno distopico virtual que propone la serie ya que sus personalidades están condicionadas de antemano. La gracia de Black Mirror en sus anteriores entregas es que justamente la virtualidad jugaba un rol crucial para transformar a los personajes, para llevarlos a un extremo, en este caso aquello termina siendo un mero escenario para presentar ciertos tipos de maldad a través de historias que si bien pueden llegar a ser predecibles igualmente logran emocionar en su climax (el final de “USS Callister” o de “Black Musseum”) pero que no se atreven a incomodar al espectador, más bien se quedan en un tono conciliador, incluso justiciero que termina siendo puro escapismo y maniobras de guion desesperadas por darle ese Knokaut narrativo al espectador flojo. 


Dicho todo esto, hay que ser justos y decantar un poco las cosas, y es que el hecho de abandonar cierto sentido subversivo no hace que la serie traicione al cien por ciento su esencia. Hay ciertos momentos prominentes que vale la pena destacar incluso dentro de esta etapa Netflixiana que vive actualmente.



El thriller ante todo


Lo que hizo destacable a Black Mirror en un primer momento fue la premisa de criticar ácidamente  las tecnologías cibernéticas, en el conjunto de capítulos de su cuarta temporada aquello queda como mera excusa argumental para simplemente mover a sus personajes en distintos escenarios, dándole más realce al thriller en la mayoría de los relatos. En algunos casos aquel componente se manifiesta en secuencias o incluso escenas y en otros se come gran parte del capítulo con maestria. 


“Metalhead” y “Cocodrile” son los mejores ejemplos al respecto. Por lo demás, junto con la paródica y chistosa “USS Callister” (el capítulo llamado a ser el nuevo San Junipero), los dos episodios mencionados son puntos muy altos en la temporada con aciertos técnicos y una narrativa que a ratos se acerca a los momentos más extremos e increpantes de Black Mirror. “Cocodrile” es un capitulo muy oscuro sobre la decadencia humana por querer perpetuar una posición, en este caso la tecnología funciona como un curioso aliado que logra un inusitado papel en el  giro final, si bien se aleja de la idea de la virtualidad corrompiendo el alma, lo interesante de esta tétrica historia es como una anécdota aparentemente ajena al relato central se va uniendo de manera tan difusa por razones esquivas. Aunque finalmente sólo resulta ser una historia cruda alejada a la mayoría de nuestras existencias, debo admitir que me mantuvo atento en todo instante, tal vez por mi debilidad ante las tramas detectivescas y también gracias a sus bellos escenarios e intensas interpretaciones de su protagonista,  que lo lleva a tornar en un devastador thriller psicológico que podría resentir a la audiencia más sensible. 



Por su parte Metalhead es el capítulo más alejado en cuanto a ritmo y estética de toda la temporada y la serie en general. Filmado en un metálico blanco y negro el capítulo sin grandes pretensiones nos muestra un mundo apocalíptico dominado por unos perros robots asesinos que van a la cacería de un grupo de sobrevivientes. La premisa y la narración no ofrece sorpresas, pero consigue dejar a la audiencia al borde mediante aspectos simples bien ejecutados, un gran thriller que destaca con luces propias, pero que a la larga termina siendo otra historia más de sobrevivientes dando la pelea a alguna amenaza indómita.


Con respecto al resto de capítulos, bueno, más allá de lo que ya he dicho, todos están a un nivel muy aceptable, el publicitado”USS Calister” consigue lograr momentos de humor realmente notables, aunque como historia puede resultar excesiva (tanto en tiempo como en exposición de personajes) logra destacar por el buen uso de su componente nostálgico y las múltiples interpretaciones que su historia ha abierto. “Arkangel” bajo la dirección de Jodie Foster es una de esas historias que tenía potencial por muchos otros lados distintos a su trama principal, como por ejemplo los efectos a la exposición de violencia y pornografía en niños pequeños, pero se obsesiona con una temática a la larga predecible y antojadiza, “Black museum” aunque presenta buenas ideas termina repleta de conveniencias y vacíos argumentales algo ilógicos, sin embargo, quizás “Hang the DJ” sea el único momento realmente mediocre en toda la temporada. Un capitulo que trata de satirizar la aplicación de Tinder, pero que queda dando botes terminada su primera parte y se precipita con un final que podría considerarse un descarado deus ex machina.



Power Femme


Ya para terminar no quería dejar pasar que esta temporada, a mi consideración y a pesar de todos sus puntos enclenques, tomo bastante en cuenta cuestiones de género, desde el hecho de que dejo de considerar a los personajes femeninos como meros secundarios de apoyo. En los seis capítulos los personajes femeninos llevan la trama al hombro y siempre de diversas maneras. Dese el personaje que le hace frente al misógino y prepotente antagonista en “USS Calister”, hasta la fría protagonista de “Cocodrile” que se hunde en su infierno personal, pasando por la guerrera de “Metalhead” o la madre sobreprotectora de “Arkangel”. La gama de personajes femeninos es amplia y logra protagonismo de sobra, y si bien, más presencia femenina en pantalla siempre es bueno, cabe aclarar también, que algunas problemáticas específicas de género que pudieron bien explotarse mediante alguna de las historia de Black Mirror, quedaron completamente de lado, y salvo las interpretaciones que algunos críticos le han dado “USS Calister” en donde se compara la situación de su antagonista con los abusos sexuales de Harvey Winstey y se critica cierto sexismo presente en las películas de ciencia ficción antiguas. No hay mucho más que decir al respecto.


En fin, esto es Black Mirror hoy en día, una serie que presenta historias mayormente entretenidas, envolventes y  que tienen alguna relación con la tecnología y la virtualidad, pero que ya no nos pega una bofetada en la cara sobre cómo eso afecta la condición de nuestra sociedad. Como serie sigue siendo muy superior a varias otras, incluso a la mayoría que presenta el catálogo de Netflix, pero creo que apenas y llega a ser una sombra de lo que fueron sus primeras dos temporadas.-   

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