Volvió una de las Magic
Girls más aclamadas por los otakus del mundo. El anime de Sakura, a diferencia
de otros productos de las CLAMP, le sentó muy bien el paso de los años al punto
que las aventuras de la pequeña Kinomoto, que vieron la luz en 1998, hoy en día
siguen pareciéndonos frescas e interesantes, a pesar de toda el agua bajo el
puente que ha pasado. Los rumores infundados por fans de una continuación
directa de la historia (y no crossovers raros) no pararon desde prácticamente
el 2002, por lo que las de CLAMP tenían una deuda con su fanaticada desde hace mucho
tiempo (igualito que pasa con Ranma ½)
y el 2016 nos entregaron una
nueva historia en formato manga, pero
hace poquito se ha estrenado la adaptación animada que ya va por su cuarto
capítulo. ¿Es una digna continuación? Veamos.
Un
mundo demasiado KAWAI
Si nos remitimos a
nuestra infancia noventera, recordaremos que los dos animes “para niñas” más
queridos por todxs siempre fueron Sailor Moon y Sakura Card Captors, cada uno
con sus respectivos sellos de identidad. Todas las demás series de aquel estilo
que tuvieron alguna notoriedad por este lado del mundo fueron directa o
indirectamente una copia de ambos animes. Pero mientras Sailor Moon fundía el
romance en un escenario de constantes batallas repetitivas al estilo Power
Ranger (es decir, en cada episodio aparecía un villano particular al que
derrotar y luego la vida de las Saylor Scout seguía como si nada) en Sakura
Card Captors se dibuja una evolución sintomática de su protagonista (y en
última instancia, también de Syaron) de hecho, cada arco de la serie es
prácticamente una etapa de madurez para Sakura Kinomoto, la demasiado e incansablemente
encantadora protagonista de esta historia en que la magia convive con una
realidad donde la maldad no se hace casi nunca presente.
Si bien las aventuras tanto
de la serie del noventa como de esta nueva temporada repiten un patrón específico
que a simple vista puede resultar también repetitivo: Sakura vive su día normal-
algo raro ocurre- Sakura se enfrenta al peligro- Sakura salva el día- adiós. A
diferencia de tantas series del estilo Magic Girls, en este caso, la profundidad
emocional de Sakura, el tono cándido en los diálogo de los personajes, el ritmo
meloso de las escenas y sobre todo el manejo de una delgada, pero consistente
línea de suspenso entre tanta gentileza hacen de esta serie una delicadeza,
creo que verla incluso puede llegar a provocar ASMR.
Ese mundo tan Kawai que
representa la serie, lleno de personajes con ojos muy redondos y brillantes, todos
de personalidad demasiado transparente, diálogos amables, mejillas sonrojadas e
ingenuidad a flor de piel, son la esencia de Sakura Card Captors. Desde el
opening original en donde nos mostraban una niña con vestidos de muñequita
hasta ahora en donde nos muestran una Sakura vestida como princesa, podemos
notar ese aire de solemne fragilidad, de dulce delicadeza, un mundo demasiado
rosa, lleno de sutileza y calidez.
Que Sakura pueda
entenderse como un personaje muy poco feminista por algunas, es entendible, ya
que se trata de una protagonista demasiado edulcorada, un prototipo de niña
buena, que está preocupada de cocinarle a la persona que le gusta, en ser
amable con todos, siempre linda y acomedida, en definitiva, siempre demasiado
“correctamente femenina” al punto de llegar a ser buena con todos y no
permitirse despliegues oscuros en su forma de ser, es en todo caso un arquetipo
de personaje. Sakura no muestra aspectos
que no sean ingenuos o puros, es demasiado blanda y en los momentos de
determinación siempre necesita la reafirmación de alguien más para tener
confianza en si misa. Pero eso no la quita de su lugar de heroína, porque después
de todo, muchos olvidan que Sakura es una niña de doce (o trece años, ya ni sé)
por tanto alguien que esta madurando. La serie entiendo esto y lentamente nos
muestra a una chica más empoderada, que no es ajena a los embates del
embobamiento que produce el enamorarse (de alguien que convengamos es sin duda
un príncipe). Es en ese aspecto en donde esta nueva temporada ha demostrado
cierta firmeza, como siempre por medio de los detalles más escurridizos para el
ojo flojo.
Un anime no apto para diabeticos |
Si bien es cierto, el
personaje de Sakura puede resultar demasiado conciliador, feminizado desde un
aspecto muy conveniente para una lógica heteropatriarcal, no hay que olvidar
que es un personaje en crecimiento, que
por fuera de su actitud extremadamente amigable, está combatiendo constantes
rencillas en su interior. A pesar de todo, considero que no deja de ser un
personaje querible e interesante (por lo menos mucho más que otros personajes
completamente aplanados en carácter) y en esta nueva temporada le han otorgado
madurez, sabiduría y lógica en los momentos claves en que tiene que enfrentarse
al peligro, mostrando su crecimiento.
Por fuera de todo este
mundo Kawai, que es la esencia de la serie (su música nostálgica, sus colores
llamativos, su chistes elegantes), hay una trama de desarrollo personal que se
va hilvanando de manera lenta, pero provechosa y es a la larga la trama que nos
deja enganchado a todxs, sin desprestigiar esos momentos románticos que llegan
a romper en ternura ya que se maneja más de un modo infantil que apasionado.
Una
atracción que desborda lo sentimental
Pero bueno, mejor repasemos un poco de qué va todo este rollo de la nueva temporada llamada simplemente “Clear Cards”. Primero que todo, es necesario entender que esta nueva serie es una secuela directa del anime original. Esta nueva temporada continua un año después de los sucesos ocurridos en el último capítulo de la serie de los noventa, durante todo ese tiempo Sakura ha mantenido con Syaron una relación a la distancia, éste le manda cartas desde Hong Kong y la llama de vez en cuando. En este nuevo año Sakura asiste a la secundaria. Como se darán cuenta esta serie ignora los hechos ocurridos en la segunda película, que buscó en su momento darle un final que satisficiera a todxs los fans. En esta nueva historia, Syaron regresa a Tomoeda para quedarse para siempre a vivir allí. Sakura está feliz porque la persona que más quiere ha vuelto y podrán verse constantemente, pero cosas raras comienzan a pasar, sus cartas desaparecen y en su lugar se convierten en cartas transparentes, a esto se suma otro extraño suceso, Sakura obtiene de la nada una nueva llave para sellar nuevas cartas mágica que rondan por su entorno causando problemas, mientras una extraña figura la acecha en sus sueños. Para colmo todos sus cercanos parecen saber que algo feo pasará en algún momento, pero prefieren no contarle nada a Sakura.
En este nuevo escenario
que la pequeña Sakura tiene que enfrentar, el misterio y la intriga se nos
introducen con maestría y de manera bien prolongada, aunque sólo son un
componente más dentro de un conjunto de escenas parsimoniosas e incluso
relajantes. Hay que aplaudir la manera simple, pero enrollada que tienen las
CLAMP para irnos metiendo sin darnos cuenta en un drama del que eventualmente
sabremos cómo terminará, pero como dicen, lo qué importa en estas historias no
es tanto el final, que se augura feliz para todos (a diferencia de otras series
de CLAMP en donde los personajes les toca enfrentar trágicos destinos), sino
más bien en el desarrollo. Pero siendo sinceros, hay que admitir que el gancho
por el que todxs esperábamos esta nueva temporada de la serie, era más que nada
ver cómo se desarrollaría la relación sentimental entre Sakura y Syaron.
Para decepción de
muchxs, la relación de ambos es más bien idílica que concreta. La pantalla se
llena de filtros, fondos florales y miradas de encantamiento cada vez que ambos
personajes están juntos y comparten un nimio momento sentimental. Es una
relación donde apenas hay abrazos y caricias, más emocionante y hasta excitante
parece ser que Syaron se saque la chaqueta para proteger a Sakura de empaparse o
que ésta se arme de valor para pedirle a Syaoran si le puede cocinar algo
(¿será esto entendido como algo machista?) Convengamos que el cuidado que el estudio
de animación MAD house (responsables de One Punch Man y Hunter X Hunter) le ha
puesto a estas escenas es de sumo romanticismo a la vieja usanza.
Como si fuesen trazos
de un cuento de hadas, Sakura y Syaron respiran una atracción demasiado
platónica, que brinda momentos genuinamente hermosos (para quienes conciban las
historias de amor desde esa vereda tan cursi), pero que nos deja constantemente
con la miel en la boca. Básicamente a todxs nos gustaría ver algo más, una
muestra más allá de atracción, unas palabras de cariño, una cita entre ambos,
un momento a sola más prolongado y tan siquiera un beso aunque sea fuera de
campo. Pero no nos otorgan nada, la relación se mantiene en un idilio que no
pasa de sonrojar los cachetes de Sakura. Sin embargo, tal como pasaba en la serie
original, es imposible no resistirse a esta idea romántica encorazonada, tan
vilmente ingenua y parsimoniosa.
Y yo desearía que Dios estuviese vivo para ver esto |
En todo caso, lo que
nunca entenderé de la serie y del personaje de Sakura en concreto (aunque
quizás tiene que ver con la idiosincrasia nipona) es que la manera de expresar
el amor entre estos dos personajes, a pesar de todo lo ocurrido en sus vidas,
es demasiado sonsa y formal. Si durante gran parte de la serie anterior vimos
un Syaron que se sonrojaba cada vez que Sakura se le acercaba a hablarle, ahora
vemos un Syaron intrigante, que esconde secretos y que parece tan sólo formar
parte de un plan mayor, un personaje que no parece dar muchos guiños de ese infantil
amor que propulsaba. Ahora es en cambio Sakura la que se estremece cada vez que
piensa en fantasías románticas con Syaron. Creo que a los fans en general les
gustaría ver como ambos personajes dan un paso más allá de la mera cordialidad
romántica, o también lo interesante que sería ver cómo las emociones de ambos
se remecen de alguna forma más allá de lo puramente platónico. Pero bueno,
quizás sólo hay que darle tiempo a la serie.
Saura Card Captor:
Clear Card, es una serie perfectamente elaborada para un público fiel a la
franquicia. Llena de momentos que los seguidores agradecen ya que entrega
detalles y pistas bastante sutiles de lo que es la historia y el universo de
las cartas Clow. Esta temporada conserva la esencia de la serie original y me atrevería
a decir que hasta mejora algunos aspectos de ella, en especial con respecto a
la madurez emocional de Sakura. Eso es lo que otros revival como Dragon Ball
Super, no han logrado del todo mantener, su esencia original en su forma y color, pero incorporando
elementos bastante llamativos como para decir “hey, aquí algo que no se exploró
antes, que vale la pena mirar”.
Hay un trabajo de guion
bastante eficaz, con muy pocas inconsistencias con la historia original y para
alegría (y quizás disgusto de fans hardcore) se respetan muchos aspectos del
anime de los noventa (como la presencia de Meiling, que como sabrán no era
canon en el manga) Creo que Sakura Card Captors, es una serie para amar, llena
de alegría y emotividad. A veces ronda la mojigatería, y el carácter
extremadamente cándido de todos sus personajes hace que cueste tomarse en serio
el drama que se teje por debajo de cada capítulo, pero aun así la serie logra
en cada emisión salir airosa y mantener cautivados a sus espectadores que
pueden sentir volver a tocar su niñez de manera nostálgica, pero a la vez
actual.-
Amor a la japonesa. Mucha mirada, mucha ternura, poca pasión. |
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