La adhesión en Chile alcatolicismo es la más baja en toda Latinoamérica. La desconfianza hacía la
Iglesia Católica por parte de los Chilenxs ha crecido en los últimos diez años
primordialmente por los casos de pedofilia que han salido a la luz. De todas
formas, no es que el país se haya refugiado en otra religión para expresar su
fe, de hecho, el protestantismo que tiene un fuerte impacto en la sociedad no
logra superar el 44% de adherencia y es cambio el ateísmo la opción con que la
gran mayoría se identifica. Dentro de este contexto es que el Papa Francisco
visitó Chile, con la pretensión de levantar una alicaída Institución o al menos
eso es lo que sus fieles esperaban. Lo cierto es que su visita resulto estéril,
puramente anecdótica y tildada por algunos medios internacionales como la peor de todas en lo que va su gestión como pontífice. Desde la lluvia de críticasque recibió la organización encargada de su visita por la cantidad de gastos que acarreaba su estadía en el país, hasta sus inocuos discursos de paz,
Francisco I le hizo un flaco favor a la Iglesia Chilena al dejarla más hundida
en el barro putrefacto en el que estaba. Por lo tanto vale la pena preguntarle
a este señor que le gusta cantar Tangos de Gardel ¿A qué mierda vino?
Los medios son los pechoños, la sociedad no
Los medios son los pechoños, la sociedad no
"Presidenta, cómo me sacó a la prensa de encima" |
Los tres días que duró
la visita del Papa estuvieron marcados por una cobertura constante y zalamera
de la prensa chilena (especialmente de los principales canales de televisión)
que llegó a ser tan latosa, como la cobertura mediática a una babosa.
Básicamente era transmitir misas, eucaristías, discursos, charlas y lo que sea
que el Papa realizase en el tramo de los días que se quedó en el país. Lo
cierto es que la prensa se sobre-esforzó en mostrar la visita como algo de gran
impacto cuando las evidencias muestran que muy poca gente estaba interesada en
ver (y creerle) a la figura del Vaticano. Incluso los mismos medios de prensa, semanas
antes de la llegada ya habían realizado algunas notas al respecto consignando
el poco interés de los Chilenxs e incluso de los Argentinxs que venían de
visita al país por ver al patriarca de la iglesia. Pero todo eso quedo en
segundo plano, la misión de los medios era mostrar todo: Desde las huellas que
dejaban las ruedas del Papamovil por las calles, hasta las reacciones más
espasmódicas de los pocos fieles que aún sentían que estaban viendo a un rock
star frente a ellos. El detalle freak, el relleno curioso de la nota de prensa,
cualquier cosa servía para alimentar una transmisión agotadora que le hacía a
todxs apagar la tele (igual, eso está bien) El problema – como siempre – es que
mientras la prensa se obstinaba en mostrar los más mínimos detalles de la
estadía del Papa en Chile, otros asuntos de mayor impacto noticioso pasaron a
segundo plano. Cosas de mayor relevancia fueron opacadas mediáticamente, como
por ejemplo la manipulación que realizó el Banco mundial para poner a chile enun puesto más bajo en el ranking económico y así perjudicar el gobierno de Bachelet o el acuerdo entre el
Ministerio Público y el Senador Iván Moreira de suspender el proceso penal de
corrupción de parte de éste, sólo si a cambio éste devolvía los $35 millones
conseguidos de manera irregular. Es decir se le otorgaba un camino alternativo
al proceso penal que debía enfrentar.
Pero todas esas son
cosas mínimas, ¿corrupción, acuerdos bajo la mesa? Pff, A la prensa Chilena más le importaban los
gestos elocuentes del Papa como el intercambio de solideos que hizo con unos
niños que fueron a verlo. Es que el Papa es cercano a la gente, es humilde,
rechazó el trono de oro del vaticano por un sillón común y corriente (por
cierto, ¿ese trono de oro fue donado o sigue ahí en el vaticano? Parece que lo
tienen guardado en el sótano con los demás tesoros que ostentan) El Papa tiene
Twitter, le gusta el fútbol y los asados, es un ser humano como tú y como yo,
algo que la tele no se cansó de repetir, y en ese sentido, parece que los que
estaban más interesados en que Chile volviese a ser el país Católico que era en
los ochenta, eran los grandes conglomerados de prensa.
Lo que fue la gran
justificación para la prensa de tales maratónicas transmisiones televisivas eran
sin duda los pronunciamientos del Papa con respecto a los temas espinudos que
había que tocar, como dicen los gringos “The
elephant in the room” Los casos de encubrimiento a curas pedófilos que la
iglesia realizó, especialmente el sonado caso del Obispo de Osorno, Jorge Barros, cómplice y encubridor directo de las fechorías que perpetuó el pedófilo
y siniestro Fernando Karadima. Barros fue una de las figuras más cercanas de
Karadima, al punto que muchas veces le llevaba niños para que éste abusara de
ellos. La cruzada contra Karadima por parte de sus víctimas fue larga, desde
los años ’80 hasta el 2010, momento en que fue suspendido de por vida de sus
servicios espirituales y juzgado por la justicia Chilena. Actualmente la
asociación de laicos de Osorno buscan que Barros pague por su responsabilidad
directa en el daño que su maestro espiritual le causó a tantas personas, y
esperaban que el Papa hiciera algo al respecto, algo que pudiese levantar la confianza
de la gente en la Iglesia, algo que fuese más allá de cosas simpáticas como
cantar tango, algo que demostrara sinceramente que la Iglesia quiere tomar un
camino renovado en su conexión con sus creyentes. Pero qué encontraron:
Palabras de buena crianza, un armado y relamido discurso que enarbolaba
palabras políticamente correctas, y un leve (por no decir irrisorio) tirón de
orejas a la cúpula de arzobispos que sonrientes escuchaban y seguramente
pensaban en silencio “Y este negro, no me avenir a decir a mí qué hacer”
La prensa tuvo que
hacer eco a las palabras vacuas y genéricas del pontífice, realzándolas más de
lo que eran, mientras que la ciudadanía que tenía algo de seso en el cerebro se
daba cuenta rápidamente de las incongruencias en las palabras de Francisco, que
por un lado decía sin muchos problemas: “No se puede pedir
reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor
violencia y división” para después descreditar las acusaciones contra Barros, y
expresar duramente que todas eran calumnias: “El día que me traigan pruebas voy
a hablar. No hay ninguna sola prueba. Todo es calumnias. ¿Está claro?“ Anunciaba
de forma demoledora, aplacando cualquier posibilidad de limpiar la imagen a una
Iglesia ensuciada por la corrupción y la pedofilia. Irónicamente la autoridad
de una religión pedía pruebas para creer. Pero esas no eran las únicas
incoherencias en el discurso y los hechos. Mientras el Papa anunciaba que había
que trabajar por lograr una Iglesia que se acercase a la sociedad y no al revés,
en Temuco una mujer murió luego de asistir a la misa que el Papa realizó enManquehue. La mujer de 62 años se desplomó a causa del largo (cerca de dos
horas de caminata) y caluroso tramo que exigía el camino desde el Aeródromo
hacía los puntos urbanos. ¿Era mucho pedir vehículos de acercamiento para
personas de la tercera edad?; ¿No que la iglesia se tenía que acercar a su
pueblo? También sorprendió el hecho de tener que pedir entradas para asistir a las misas comunitarias que celebraba.
Machi Lonconao |
El Papa entonaba los
versos de Violeta Parra “Arauco tiene una Pena” en una misa por la
reconciliación de los pueblos, en relación al conflicto que se vive en la Araucanía
con el pueblo Mapuche, pero su comitiva rechazó aceptar la carta que la Machi Linconao quiso entregarle, en donde explica
el calvario que ha padecido desde el 2013 por la persecución que el Estado
Chileno ha realizado sobre su figura achacándole la muerte del matrimonio Luchsinger-mackay,
a pesar de que ha sido absuelta de todo cargo en dos oportunidades. Este gesto
despectivo por parte de su comitiva me recordó con ciertas distancias la
evasiva y grosera respuesta de Juan Pablo II al obispo de San Salvador, Óscar
Romero, cuando éste le pidió desesperadamente que se pronunciara contra los
crímenes que el ejército de la Derecha Salvadoreña cometía sobre los curas de
ideología Social. “No nos metemos en esto” le dijo Karol Wojty al azorado
sacerdote que en ese momento entendió que el Poder sólo se llevaba bien con el Poder
y que la doctrina social de la Iglesia no venía de parte del Vaticano. En este
caso se puede dar algo similar. El Papa Francisco pregona mensajes de paz, pero
cuando llega la hora de tomar partido, de dar una opinión que pudiese
significar algo, no hace nada, la machi Linconao se quedó con el brazo
extendido, las autoridades a llevar su posición sagrada dentro de la jerarquía
Mapuche. Por cierto aquí esta la carta que le quería entregar.
Estos gestos hacen
dudar de la idea de que estamos ante un Papa revolucionario, si bien ha
realizado muchos gestos superficiales que buscan cambiar la percepción que el
mundo tiene sobre la Iglesia, cuando vemos de cerca las acciones, nos
percatamos que la Iglesia sigue oliendo a mierda y a discursos que no vienen a
aportar nada a una discusión en donde reine el sentido común. El Papa podrá
poner cara de enfado cuando se saca fotos con Trump, pero sus incongruencias a
la hora de los quiubú parece ponerlo en una línea peor que el presidente
Norteamericano. Y si bien es el jerarca absoluto de un Estado Religioso, tal
vez quienes detentan el poder están en las sombras, quizás los mismos que no
quieren cambios sustanciales, los mismos que sacaron volando a Benedicto XVI
luego de que éste comenzase a realizar ciertas reformas que no pudo terminar,
los que frenaron a este mismo Francisco luego de que sacara a un montón de
curas implicados en casos de corrupción dentro del vaticano cuando se hacía
insostenible seguir ocultándolo. Como todo instrumento del Poder, el Papa cada
vez me parece más un monigote de quienes manejan el vaticano, de quienes ostentan
la influencia, el poder y el dinero. De quienes quieren que la Iglesia Católica
vuelva a ser el centro político-militar
que fue en la Edad Media. Y después de tanta plata gastada, de tantas críticas
a su visita, a sus palabras, críticas que vienen incluso desde su misma arquidiócesis uno se pregunta si la visita de Francisco sirvió
de algo. ¿Quién sabe? A lo mejor le sirvió únicamente a él para darse cuenta de
lo realmente débil que es el catolicismo en Chile. En una de esas, adentro de su
avión, mientras iba rumbo Perú, el Papa le dijo a su mano derecha “Che, me
parece que en este país ya estamos en la B” y lo tacharon para siempre de su
lista de prioridades.-
Excelente nota Bodoque. La compartiré en RRSS.
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