Ya hablamos de la insólita banda The Residents cuando reseñe su grandioso
disco “The Third Reich 'n Roll” en este caso la experiencia es más alucinante,
ya que la banda se propuso con este disco llevar adelante una
aventura grafica donde la música orquesta de forma incidental (y a veces no
tanto) pasajes bizarros, incomodos, tristes y por supuesto muy sórdidos de un
llamado circo de fenómenos.
La monstruosidad de la diferencia
Como todo adolescente con gustos raros siempre busqué aquello que tuviese
un componente sórdido en su fibra, es por ello que en algún momento fui un
fanático de una música tan “inescuchable” como la de la banda Faxed Head o
pregonaba el shock delirante de películas como “Faces of the death” (ese falso
documental con una muy bien lograda escena de unos tipos comiéndose el cerebro
de un monito) o la brutal “Guinea Pig: Flower of Flesh and Blood” ¿En otro
tiempo me hubiesen llamado edgy? No lo sé, ni me importa mucho, pero ciertamente
explorar la morbosidad humana por medio de expresiones artísticas fue algo que
hasta el día de hoy me sigue fascinando (no en vano realice una tesis sobre
pornografía y post porno) Recuerdo que en esos años de toda la mierda que
consumía hubo un anime que me llamo demasiado la atención e incluso llego a
horrorizarme en algún punto, se trataba de la humilde y escabrosa película
“Midori: La niña de las camelias” una obra de horror del bueno, que hoy en día
se ha transformado un poco en una colección de memes mórbidos como la mayoría
de las cosas que en ese tiempo me deslumbraban. La película (cuya historia de
producción no es para nada deleznable) adapta el manga del exuberante Suehiro
Maruo quien adapta en su estilo grotesco una historia popular de Japón. Midori
una pobre niña huérfana y desgraciada termina al cuidado de unos fenómenos
circenses tan crueles como variopintos.
Ese fue el punto de partida para interesarme por los mal llamados
“fenómenos de circo” tan comunes en la cultura popular del siglo pasado e
incluso el anterior. La siguiente película que enrielo un poco mejor esta
visión torcida con respecto a este tema fue por supuesto la espectacular
“Freaks” de Tod Browning. Una película
que fue llamada por la crítica “valiente hasta la náusea” y que se atrevía en
una época aun demasiado primitiva a humanizar a personas rechazadxs por la
sociedad sólo por poseer alguna deformidad en su aspecto o condición físicas, transformándose
automáticamente por ello en monstruos y fenómenos cuyo único apoyo real es la
comunidad misma que ellxs forman. Por ese mismo tiempo, con todas mis ansias
por escuchar cosas raras o distintas, por supuesto ya tenía en la mira a la
misteriosa banda The Residents que me llamaba la atención más por sus
incógnitas que su música en si. Fue entonces que descubrí “Freak Show” en esos
momentos de la vida donde parece que todo lo que buscas esta íntimamente
sincronizado.
El art book del disco es de los más hermosos que podamos ver en su
catálogo, de hecho el disco en su momento lo pude comprar en una tienda y lo
cuidaba como hueso santo ya que el arte que exhibía era bastante completo, con
paginas de comics a todo color que ilustraban la historia de los "fenómenos" que
realizaban este espectáculo. Pero además el disco contenía un CD Room en donde
se podía explorar a mayor cabalidad los trailers, videos, clips animados con
las presentaciones de cada unx de lxs personajes.
Comienza el espectáculo
Tras el sonido de unos contundentes sintetizadores se abre el telón a modo
de introducción en la bizarra “Everyone Comes to the Freak Show” que nos ubica
en un escenario circense que poco a poco se tiñe de incomodidad. En este primer
corte que resume de alguna manera los vaivenes emocionales que el resto del
disco irá explorando, también podemos notar inmediatamente la estructura musical
del álbum. Coros agudos, voces temblorosas, diálogos que parecen recitados en
plan corriente de la conciencia, y un reinado total de teclados y
sintetizadores que voluntariamente o no igual le dan un toque siniestro a todo.
Pero también esta decisión empobrece un poco la gama de posibilidades sonoras,
ya que incluso las percusiones son parches de sintetizador, se extraña un poco
la voluntad que la banda llevaba en otros discos de llenar sus melodías de una
variedad acojonante de sonidos e instrumentos como sí ocurre en el comentado “The
Third Reich 'n Roll” o incluso en el ambiental “Eskimo”
Aún así, siento que esta decisión tiene mucho que ver con la idea de llevar
esta historia a una especie de aventura grafica mediante un CD-ROOM que corría
en ordenadores de casi primera generación, donde el procesador de audio
evidentemente tenía muy pocas capacidades. Siguiendo con el disco uno de los personajes
más importantes se presenta en los siguientes temas “Harry´s introduction” da
paso a “Harry the head”, básicamente un hombre que es sólo una cabeza. En el
primer tema se nota ese contraste ya que la introducción de Harry corre por
cuenta del presentador del espectáculo mientras que “Harry the head” se nos
presenta el punto de vista del susodicho, convirtiéndose en una canción cuyo
sonido me recuerda mucho a las bandas sonoras de videojuegos de consolas de 16
bits.
“HERMAN WATCHES TV” nos introduce a un nuevo personaje Herman el
lunar-humano, pero esta vez no sólo por medio del presentador nos enteramos de
quién es, sino inmediatamente seguimos la mirada personal de Herman quien
disfruta de una porno española que no escatima en vulgaridades. Posterior a eso
entramos en “Herman (The mole human)” personaje bastante querido por la
banda ya que luego sería resucitado en discos posteriores.
La presentación de Wanda la mujer gusano, resulta mucho más escabrosa e
incluso violenta, la música en este plano se vuelve más tribal si se quiere,
aunque se mantienen algunas notas y melodías que curiosamente recordarían a
Danny Elfman, pero si sus composiciones hubiesen pasado por un rayo
desintegrador. Esta sensación también se puede percibir en la escabrosa “Jello
Jack” que al mismo tiempo mantiene muy fuerte la tradición más Avant-garde de
la música del grupo. “Benny (The Bouncing Bump)” es un tema bastante irónico
con acordes circenses que se ven atacados por el canto-recitado de Benny que no
es un fenómeno, o al menos no uno de los que trabaja en el circo, sino más bien
un espectador fanático y obsesivo del freak show que incluso disfruta asustando
a lxs freaks. “Lillie” es un tema
grandioso, tenso, torpe y sombrío, en lo personal considero que es uno de los
puntos más fuertes de la carrera de esta banda. El final atmosférico y
catastrófico que propone "Nobody Laughs When They Leave” trae consigo una
de las letras más interesantes y punzantes del disco: “Solo somos iguales en
la tumba y en la oscuridad/ Dijo un hombre cuya cabeza fue devorada a medias
por un tiburón/ Ahora, si me preguntas por qué seguiría así/ Dudo que lo sepa,
así que solo pude adivinar/ Puede que media boca no sea mucho, pero sigue
siendo medio beso.
Este disco genera sentimientos encontrados en la fanaticada del grupo, si
bien mucha gente considera que es un disco irregular y que termina siendo
bastante lioso y cansino, hay quienes como yo, valoran ese esfuerzo artístico
que pusieron en todos los aspectos y creo que realmente, si bien la música, parece bastante acotada
en cuanto a ideas, se amolda perfectamente a las estructuras e historias que
cada tema desarrolla, consiguiendo crear personajes complejos de los que se
nota el potencial para seguir generando historias. Es un álbum interesante que
se aleja del metaconcpeto de décadas anteriores y un poco abre la etapa en que
The residents empiezan a experiemntar más con la creación de personajes e historias. -
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