domingo, 18 de octubre de 2020

100 discos para mis treinta: #63 Cardiacs - A Little Man and a House and the Whole World Window (1988)


 

En Julio de este mortífero año Tim Smith falleció. El ingles ya había esquivado la guadaña lapidaria al sobrevivir en 2008 a un ataque al corazón que le ocasionó secuelas neurológicas que lentamente fueron deteriorando su estado de salud. Irónicamente Smith era reconocido como un hombre de culto en el mundo de la música por ser el cabecilla de Cardiacs, banda inclasificable que siempre estuvo medio entre las sombras durante su vida activa, pero que al mismo tiempo gozó de una leal fanaticada e influyó en una variopinta cantidad y calidad de músicos reconocidos hoy en día. Este disco de título novelístico es todo un acierto dentro del panorama musical de finales de los ochentas y del mundo de la música en general, no importa la época. 

Culto a un sonido único


La historia de Cardiacs es meticulosamente enredada ya que a los pocos años de su primera formación ya se estaban separando y agregando integrantes de manera tan fluida como absurda. Sumado a seudónimos con los que se daban a conocer públicamente y un primer intento fallido de explotar comercialmente llamándose Cardiacs Arrested, los Cardiacs que sí consiguieron algo de notoriedad dentro de la escena  son los que encarnan el disco que comentaremos y comenzaron su desarrollo en 1984 año que la banda funda su propio sello discográfico  Alphabet Business Concern. Para ese entonces Cardiacs era un proyecto aún en ciernes pese a contar con un buen par de años en las pistas. Con un solo demo cassette llamada “The Toy” que se vendía durante las presentaciones del grupo, la banda en ese momento liderada por Tim Smith en la voz y guitarra, Jim Smith en el bajo, Sara Smith en el saxofón y clarinete, William D. Drake en los teclados,  Dominic Luckman en las baterías y Tim Quy en las percusiones, dan luz a uno de los trabajos más celebrados por el underground  Londinenese.

Así como ordenar claramente su historia, el estilo de Cardiacs tampoco es fácil de identificar y explicar. Desde su gestación buscaron hacer un sonido intrépido que se agarraba de riffs bien punkys para construir estrofas y que al mismo tiempo se permitía desencadenar abruptamente (o no) en ritmos más juguetones como pianos circenses o atmósferas cinematográficas. 


Podríamos decir que es un tipo de conjunción que puede ser usado como referencia cuando hablamos del denominado Circle metal, una breve tendencia que se dio en algunas bandas de los noventa donde mezclaban riffs bien hardcore con ritmos un poco más “ridículos”.  Pero Cardicas no tiene nada que ver con esa onda, denominados como “pronk” por un sector de la prensa especializada que intentó encerrar y vender el estilo de la banda, el cual contrastaba mucho con la tendencia de los artistas del momento que en su mayoría viraban hacía un sonido más electrónico. Pronk vendría siendo una etiqueta donde se mezclan los acordes del rock progresivo con la energía del punk. Aunque esto tiene sentido ya que en sus inicios Smith se decantaba por el rock psicodélico de los 70’ y han confirmado que sus influencias abrazaban varios clásicos de raíz progresiva, la intención de Smith fue siempre hacer música lo suficientemente accesible como para ser categorizados como pop-rock, y en esencia Cardiacs a pesar de sus extravaganzas, se esfuerzan siempre por otorgar una canción lo suficientemente cerrada bajo las normas de un tema pop, claro hay excepciones...y muchas.

La silenciosa fanaticada del grupo británico fue creciendo con los años, alentando a un grupo que no temía ridiculizarse a si mismos sobre el escenario,  generando una energía catártica casi más explosiva que cualquier banda únicamente punk. Es por eso que Cardiacs consiguieron ser una banda de culto en muy poco tiempo, esa aura de grupo extraño, una música demasiado movediza como para encerrarla en un solo género, una propuesta tan carismática que, al igual que esas figuras estelares, su presencia dice más incluso que su propio trabajo, y eso que los Cardiacs no fueron una banda que se limitase en producir discos, el propio Smith buceo por otros proyectos paralelos a Cardiacs alimentando frente a sus colegas su figura de genio en las sombras.


 

La apropiación de un sonido singular, una carrera interesante y un lider tan ritalin como virtuoso dieron como resultado que la banda fuese en un principio más reconocida mundialmente gracias a referencias de otros artistas que por ellos mismos, como Mike Patton usando una polera promocional de la banda durante una entrevista. De todos sus discos considero que este trabajo funciona como una entrada estimulante al universo de la banda, la mejor referencia y en su momento toda una sorpresa que impactó (no comercialmente) en el panorama del post punk deteriorado de la época tanto que no fue comprendido del todo y finalmente la banda consiguió influenciar más en Estados Unidos aportando al sonido de un rock alternativo de muy buen  calidad en bandas como Mr. Bungle, Primus, Oingo Boingo.

Una Opera Demencial


 

Desde el primer minuto “A Little Man… irrumpe de manera gloriosa, con unas trompetas que anuncian una apertura casi monárquica para luego dar paso a un psicodélico trance en la que aparece la chillona voz de Tim que anuncia un lamento de resignación ante la posibilidad de que algo realmente grande cambie en la vida…sí así no más, existencialismo con su buena dosis de humor negro adornan el temario de las letras de este disco, y en el caso del primer tema, todo adornado con un ritmo militar que no cede su abrumadora marcha aún frente a la psicodelia chorreante de la guitarra de Smith.

“In a City Lining” es un tema más característico del estilo general con que Cardiacs suelen ser señalados, ritmos rápidos que saltan a tiempos más ska y circenses, para luego cambiar a coros de intenso carácter psicodélico en donde las baterías de sonidos post punk consiguen darle una gran profundidad al sonido general, simplemente sublime y muy entretenido. Y eso que esta canción no es precisamente una de las que sean más recordadas por la fanaticada de esta banda, es una canción “más del montón” y aun así es bastante memorable.

“Is this Life?” fue su gran éxito comercial, la canción que los hizo destacarse frente a bandas que parecían ya haberse comida la escena, pero al mismo tiempo esta canción es la que menos se acerca al estilo general del disco: De atmósfera totalmente post punk, con una producción que recuerda a Killing Joke o The Cult, con momentos acertadamente atmosféricos y un saxofón que le daba un toque decididamente urbano, fueron los elementos que hicieron del tema automáticamente un hit. Es una de mis favoritas, pero realmente si el disco en su día de lanzamiento recibió malas críticas pudo haber sido en gran parte por las expectativas que mucha gente se hizo al escuchar y sólo conocer previamente a “Is this life?” que fue el single de difusión, y es que realmente si con este tema la gente pensó que el disco prometía la nueva banda de post punk para cerrar la década, se pegaron una buena trompada.


 

“Dive” mucho más punky recuerda las canciones de Dead Kennedys, pero a un nivel más maniático y a ratos infantil. “The Icing on the world” vuelve a los tonos más bombásticos dándole a la percusión un trabajo de constante cambio de ritmos y tempos. “The Breakfast Line” un tema que constantemente crece en energía hasta el punto de convertirse casi en un himno.

A pesar de que las baterías y guitarras marcan mucho el carácter de la banda, sin los constantes juegos sonoros de los sintetizadores y teclados de Drake cada tema no ganaría ese estilo tan único, aunque a veces puede llegar a ser un efecto cansino, algo que igual se reflejó más en sus próximos discos.  “Victory Egg” empieza, de hecho, con la presencia casi bélica de unos teclados a la que se le van sumando un clarinete de esencia casi medieval, otorgando a la canción de una fuerza casi mítica, pero que cuya letra irónicamente canta sobre el sacrificio inútil de los soldados que van a la guerra. “RES” es un tema que ya había sido estrenado en demos y grabaciones anteriores, por tanto ya era un tema conocido y preferido por la audiencia y con el cual queda bastante registrada la marca de estilo de Cardiacs. La canción contó con un videoclip promocional (creo que) involuntariamente  pesadillezco que evidenciaba el extraño o nulo carácter comercial de la banda. “RES” es una de las canciones más populares del grupo y esta versión es quizás la más refinada que otorgasen con todos esos guiño medievales y jazzísticos por igual. Este tema hubiese podido calzar perfectamente en el primer disco de Mr. Bungle o incluso en alguno de Stolen Babies. 


 

“The whole world window” es una balada melancólica que recuerda mucho las baladas de rock setenteras que se permitían ciertos toques psicodélicos y quizás por esa sección de bronces tan de ensueño es que el tema puede recordar alguna canción de los Beattles ya que encajaría bastante bien en esas obras en las que el cuarteto de Liverpool se embriagaba de atmosferas grandilocuentes. “Goosegash” es un corte que parece más una transición entre el cierre épico del anterior tema con la vuelta a terrenos más experimentales mediante la oscura y espacial  “Loosefish Scrape Grace” un tema que recuerdo lo mejor de la psicodelia progresiva de los setenta, pero con un sello único gracias al canto agudo y acelerado de Tim, las baterías redoblantes, agresivas y técnicas de Luckman, los efectos ocurrentes de Drake y las intervenciones precisas de Sarah Smith tanto acompañando con el saxofón o adornando segmentos dándole una impronta de un sonido de realeza. Esta banda se complementa tan bien que es capaz de llevar adelante una obra en la que casi todas sus canciones superan o mantienen el alto nivel de la anterior.


 

“I'm Eating In Bed” por momentos puede recordar el estilo más non sense de Primus, pero muy pronto los añadidos dramáticos del teclado de Drake y los complejos saltos de tempo y estilo que Smith se despacha hacen que el tema se vuelva no sólo bizarro sino también muy curioso de escuchar.  “There's Too Many Irons In The Fire” sigue en la misma línea, cruce de estilos, ritmos y letras confusas, pero llenas de sarcasmo y algo de crítica a la condición de la sociedad. El cierre con “All Spectacular” es mucho más calmado, melodioso y fiel en su estructura a una canción más propia de figurar en el mainstream. Un final dulce y provechoso para un disco algo denso, excesivo en algunos aspectos, pero profundamente maravilloso y virtuoso en su propuesta.  

 

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