¡Es ley! ¡Es ley!... y
todo eso. Uno de los hitos culminantes del 2020 y que de algún modo marcó un
giro en el casi inamovible pensamiento social sobre qué “debe afrontar” un cuerpo con capacidad gestante, se dio en
Argentina con la aprobación del proyecto de ley de Interrupción voluntaria del
embarazo. Ley prolongada por mucho tiempo (realmente más del que debía) a causa
de un sector político muy conservador que buscó por todas las maneras posibles
obstaculizar no sólo el avance del proyecto en sí mediante los mecanismos
regulares sino también infundir una ideología del terror a través de su eslogan
“salvemos las 2 vidas” empujando el debate a discusiones de carácter metafísico
y haciendo eco de argumentos que a mi parecer son un meme en si mismos: Aclaro
que nadie dijo esto (literalmente) pero lo que se sentía en el ambiente de los
discursos próvida era que si el aborto hubiese sido legalizado años antes, muchxs de nosotrxs hoy no
existiríamos. En fin repasemos un poco el delirio de algunxs por mantener las
cosas en un status quo casi medieval.